Acuerdo nuclear y petróleo: por qué algunos funcionarios del régimen de Maduro desconfían cada vez más de Irán

Tres nombres, misma nacionalidad, similar misión: Ali Akbar Purebrahimi, Hojjatollah Ghoreishi y Azim Monzavi. Son los funcionarios iraníes encargados desde comienzo de año de encaminar la deteriorada producción petrolera chavista. Hasta que ya no sea necesario, claro. Es que los intereses y planes de Teherán respecto a Venezuela podrían cambiar prontamente.

Es algo que preocupa en forma creciente a un sector del régimen de Caracas. Ese núcleo sabe que de alcanzar un acuerdo nuclear, Irán ya no dependerá del país latinoamericano -como de otras naciones marginales- para garantizarse parte del flujo de dinero que ingresa a la teocracia como consecuencia del tráfico de petróleo.

De acuerdo a información a la que pudo acceder Infobae, Irán ya estaría preparando nuevos acuerdos con países más ricos -no sancionados- para mantener negocios lícitos. Eso afectaría el actual interés iraní con respecto al crudo chavista. ¿Para qué recurrir a mercados paralelos e ilícitos cuando las divisas podrían volver a ingresar a Teherán de manera legal?, se preguntan. Eso sí: los ayatollahs mantendrían otros negocios con Miraflores, más relacionados con lo militar y con la Guardia Revolucionaria Islámica siempre como principal actor.

La luz de alarma se está encendida desde hace unos meses en algunos sectores próximos al dictador Nicolás Maduro. Creen que deberían prepararse para la probabilidad de que Irán se retire de los negociados, las triangulaciones con barcos fantasmas y de su supuesta ayuda en el desarrollo de las olvidadas refinerías. Sospechan que podrían no cumplir con lo acordado al más alto nivel y que el aparente crecimiento que se experimenta desde hace unos meses pierda impulso por el temido abandono.

La elite petrolera chavista está confundida y recelosa ante este escenario. Están “recalculando”. ¿Cómo deberían valorar la actual ayuda teniendo en cuenta el inminente acuerdo nuclear? Los análisis sobre los riesgos a tomar frente a las potenciales ganancias corren de un lado y otro. Es parte del debate diario entre un círculo de desconfiados. Creen que los tratados que firman son cada vez más precarios y podrían caer de un momento a otro.

Los nuevos enviados

Una semana atrás, Infobae revelaba los nombres de los iraníes detrás de la ayuda a Venezuela. Purebrahimi es uno de ellos. tiene a su cargo el desarrollo de la refinería El Palito, una de las más importantes del país latinoamericano. Es un frecuente visitante de Caracas y un celoso de la letra chica del acuerdo y del avance de los trabajos. Es funcionario del Ministerio de Petróleo de Irán y un delegado directo de Javad Owji, el sancionado ministro que tiene diálogo frecuente con el Ayatollah Ali Khamenei.

Su misión no es simple. Es quien debe convencer continuamente a los funcionarios de Maduro respecto a los altos costos de la logística y sus consecuentes desembolsos. El viaje es largo, sea este por mar o por aire. Estos interminables trayectos, además, deben ser hechos con buques o aviones que consigan esquivar las sanciones financieras a las que están sujetos ambos regímenes. Ese riesgo paga más que el mercado regular.

Además de esto, Purebrahmi es quien dice lidiar con la supuesta falta de conocimiento de algunos de sus pares venezolanos en las refinerías. Los ingenieros latinoamericanos, que tienen una vasta experiencia en el área, deben guardarse algunos comentarios ante lo que consideran un insulto.

 

más información en: https://www.infobae.com/america/venezuela/2022/04/27/acuerdo-nuclear-y-petroleo-por-que-algunos-funcionarios-del-regimen-de-maduro-desconfian-cada-vez-mas-de-iran/