El gobierno federal prepara una reforma fiscal que no necesariamente está relacionada con nuevos impuestos ni con un aumento de tarifas, sino que lo que se está revisando tiene que ver con la simplificación administrativa, señaló Raquel Buenrostro, jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Por instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, la reforma pretende encontrar la manera de que el SAT facilite a las personas físicas y morales, y sobre todo las Pymes, cumplir con sus obligaciones fiscales, además de introducir cambios para fortalecer el combate del contrabando y el huachicol, añadió Buenrostro en reunión ordinaria con la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados para abordar la situación económica del país.
“Hace tres semanas empezamos a estudiar como encontrar mecanismos adicionales para apoyar a las pymes”, dijo el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, también presente en la reunión con los legisladores, quien aclaró que en México como en diversos países del mundo la política tributaria la define una institución distinta, en el país es la Secretaría de Hacienda, de la que hace la tarea administrativa de cobrar los impuestos, que corresponde al SAT.
“Supongo que a Raquel le ganó un poquito el entusiasmo, pero la política tributaria se hace en el lado de Hacienda”, dijo Herrera, y expuso que la instrucción del mandatario para la reforma derivan de un acuerdo que hizo con la Comisión Nacional de Gobernadores (Conago) en una reunión en San Luis potosí para analizar el tema.
Buenrostro reconoció por otra parte que los ingresos tributarios en el primer trimestre de 2021 están “ligeramente” por debajo de los del mismo periodo de 2020, en términos reales, debido a que a que el gobierno esperaba que la recuperación de la economía de la pandemia iniciara el 1 de enero de este 2021, pero las vacunas empezaron a llegar apenas en diciembre, lo que produjo un desfase en la reactivación.
“En términos nominales van 17 mil millones de pesos arriba, y acorde con la Ley de Ingresos”, justificó la jefa del SAT, quien comparó la crisis económica actual con una economía de guerra, en el sentido de que no se puede trabajar ni hacer nada, con la diferencia de que en este caso no hay destrucción de ciudades y que el enemigo es un virus y es invisible.
Agregó que el problema recaudatorio también está relacionado con el comercio exterior, y dio el ejemplo del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IPES) sobre todo de combustibles, relacionados con el sector automotriz, que hasta este lunes estaba en 23 mil millones de pesos menos que en periodo comparable del año pasado.
“Eso se deriva no solo del contrabando, sino del huachicol, que es el gran problema para México este año”.
Añadió que el año pasado detectaron el modus operandi de empresas que robaban el combustible en el Golfo de México, lo introducen al país, luego lo regresaban a mar abierto, y lo vuelven a traer con pedimentos de importación y facturación falsos y sin el pago de los impuestos respectivos, aduciendo que lo habían comercializado en mar de abierto con empresas internacionales.
“Es un hoyo muy grande, y es interinstitucional, por eso participa Secretaría de Marina y de la Defensa Nacional, pues un civil difícilmente puede capturar esas cantidades”, señaló.