¿Volverán los besos, los abrazos y las caricias con el fin de los cubrebocas?

Los seres humanos somos seres sociales. Tenemos necesidad de compañía y de sentirnos vinculados, queridos y valorados. Nos gusta comunicar y compartir emociones y experiencias, dar y recibir afecto. Y apreciamos mucho los besos, abrazos, apretones de manos, etc.

O al menos así era hasta que llegó la pandemia de COVID-19 y lo cambió todo. Incluidas las manifestaciones de afecto y el contacto físico. Cuando el SARS-CoV-2 irrumpió, para prevenir y evitar contagios, se dictaron medidas restrictivas como reducir el número de participantes en reuniones sociales, evitar y minimizar el contacto físico, guardar distancia de interacción y utilizar mascarilla. De un plumazo, se acabaron los besos y los abrazos.

Como consecuencia, nuestro bienestar socioemocional se vió perturbado. Con la pandemia, las emociones desagradables inundaron nuestra vida de incertidumbre, tristeza, miedo, enfado, apatía, frustración, angustia, preocupación, desesperanza, inquietud… Y emociones agradables como la alegría, la calma o el entusiasmo se volvieron más infrecuentes.

Y no solo eso. Mantener la distancia social ha tenido consecuencias sobre nuestro cerebro. Se ha demostrado que la falta de interacción social afecta al razonamiento y a la memoria, a la vez que reduce la conectividad de la materia blanca y la materia gris del cerebro.

Ahora que se anuncia una nueva estrategia de vigilancia y control frente a la enfermedad que aligera esas medidas restrictivas de interacción, puede ser buen momento para tomar conciencia de la trascendencia que el contacto físico tiene en nuestra salud mental, física y social.

 

más información en: https://www.elfinanciero.com.mx/salud/2022/04/07/volveran-los-besos-los-abrazos-y-las-caricias-con-el-fin-de-los-cubrebocas/