Decíamos –en líneas pasadas– que la mandataria Sheinbaum buscaba, no muy afanada, deslindarse de su padrino y antecesor en la presidencia de México, hecho un cochinero cual zahúrda.
Su margen de maniobra era mínimo, sobre todo rodeada de cancerberos en las áreas más importantes de su gabinete y ampliado. Sin embargo, sus asesores y los pocos titulares que ella misma escogió le filtran, con mucho cuidado, lo que han podido desescombrar en el tiradero. De ahí rescatan esas “pepitas de oro, plata y cobre” que ahora ya son sonados casos judiciales y comedero mediático, cual tribunal público.
HUACHICOL FISCAL…
Palidece el caso Segalmex y las obras inútiles que se armaron en contentillo de los cuates de la prole ex presidencial, frente a las vacaciones multimillonarias de los dichos canes guardianes que ya no hunden los columelares ni levantan sus alharacas parlamentarias… Todo ante el explosivo cargamento de millones de litros del “Huachicol Fiscal”, descubierto gracias a un milite que sacudió melena y exhibió lo que ocurría en los puertos del Pacífico y el Golfo de México.
COSTRA de las llagas destapadas que ahora obligan a la “Domadora de Serpientes” a tratar de tragarse la cola, pues el horno no está para bollos, frente a la inminente revisión del extinto TLC, hoy TMEC. Y como se sabe, con Mr. Donald Trump lo que sigue será minuto a minuto la “Barredora en chirona”, mientras los mexicanos, como el chinito, nomás mirando.
Cuco Mora…