Durante 12 años encabezó al Vaticano y se caracterizó por decisiones reformadoras.

El Santo Padre tenía unos días de haber dejado el hospital, donde estuvo internado más de un mes debido a grave problema de salud. El portal Vactican News informó que el deceso ocurrió a las 7:35 de la mañana, hora de Roma.

Jorge Mario Bergolio fue elegido jefe de la Iglesia católica en marzo de 2013, cuando tenía 77 años de edad. Tomó el nombre de Francisco, en referencia a San Francisco de Asís.
Durante su papado rechazó la ostentación, tal como acostumbró en su vida sacerdotal, obispal y cardenalicia. En Buenos Aires utilizaba el transporte público. De joven bailaba tango y mantuvo su pasión por el fútbol. Fue el mayor de cinco hijos de una pareja italiana que huyó del fascismo.

Vivió y murió en la Casa Santa Marta, edificio adyacente a la Basílica de San Pedro y cuya sencillez contrasta con la opulencia del Palacio Pontificio donde moraron sus antecesores. Nunca tomó vacaciones.

Tres años después de ascender a la cátedra de San Pedro, visitó México, en febrero de 2016. Permaneció seis días en el país. Realizó actividades en Ciudad de México, Estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua.

Entre sus últimas actividades estuvo un breve encuentro con el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance. Ayer domingo salió al balcón de la basílica de San Pedro para impartir la tradicional bendición de Pascua.

El Papa Francisco pidió insistentemente acabar con crisis humanitarias como la guerra, la migración, la pobreza y el cambio climático. Al interior de la Iglesia católica combatió mentalidades elitistas, se mostró compasivo hacia divorciados y homosexuales pues consideraba que el cristianismo debe acoger a todos. Pero mantuvo la posición católica sobre el derecho a la vida, la eutanasia, la pena de muerte, los derechos humanos y el celibato sacerdotal.

También combatió la corrupción financiera en el Vaticano y el abuso sexual por parte de clérigos y responsabilizó a obispos por encubrirlos. Buscó ampliar la participación de las mujeres y se acercó a los musulmanes. Visitó más de 60 países.

-Quiero que la Iglesia salga a la calle, rechacemos la mundanidad, no nos encerremos en nosotros mismos -pidió en la Jornada Mundial de la Juventud, en en Río de Janeiro-. Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir. Si no salen, se convierten en una ONG. Y la Iglesia no puede ser una ONG.

-El dinero y el poder ensucian -expresó en la Conferencia Episcopal Italiana-. El desarrollo exclusivista hace que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres.

-El dios mercado y la diosa ganancia son falsas deidades que nos conducen a la deshumanización y destrucción del planeta. La historia lo ha demostrado en muchas y muy tristes oportunidades.

Dahemont/ RL/ Opinión de Yucatán…

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