¡Excelente! es la palabra apropiada para calificar el anuncio que hizo Joaquín Díaz Mena, jefe del ejecutivo estatal, el 28 de octubre pasado, al expresar que su gobierno, conjuntamente con el gobierno federal, abrirán cinco nuevas universidades en suelo yucateco.
El proyecto de crear más universidades ampliará en 28 mil nuevos lugares la oferta educativa evitando —dijo el gobernante— que los jóvenes migren a otros estados del país o del extranjero.
La información de los proyectos para la creación de las nuevas universidades —al parecer, las denominadas “Rosario Castellanos”— fue dada a conocer en el marco del programa federal “La Escuela es Nuestra”.
En este paquete, dijo el ejecutivo, estarán incluidos los Colegios de Bachilleres donde se proyecta mejorar su infraestructura y su equipamiento.
Y, como dije al principio, esta es una noticia excelente, y reitero “excelente” porque todo el dinero destinado para la educación no es un gasto sino una inversión para la formación profesional de las y los jóvenes que tendrán en un futuro en sus manos el destino de sus comunidades.
En este sentido solo haría un comentario respecto a la creación de las cinco nuevas universidades con las existentes y donde según datos de la SEP, el gobierno estatal y de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) en Yucatán hay 28 casas de estudios públicas y 79 particulares con una matrícula global de 91 mil 709 estudiantes (ciclo 2023-2024) cifra que para este periodo (2024-2025) ronda en los 100 mil estudiantes.
De esta cantidad, el 48 por ciento cursa estudios en instituciones públicas y el 52 por ciento en las privadas con un total de 945 programas educativos de licenciatura y 397 de posgrado siendo que el 48 por ciento son mujeres y el 52 por ciento hombres.
Entre las instituciones públicas sobresale la Universidad Autónoma de Yucatán #UADY con una matrícula cercana a los 20 mil estudiantes, seguida por los institutos tecnológicos superiores que en conjunto suman poco más de 8 mil y las universidades tecnológicas politécnicas con poco más de 6 mil 600. Las instituciones de nivel superior privadas, todas en su conjunto, agrupan a 47 mil educandos.
Es decir, qué bueno que habrá más universidades, pero ¿de qué manera los gobiernos estatal y federal apoyarán a las universidades e instituciones de educación superior públicas y consolidadas?, con décadas sirviendo a la población y egresando de sus aulas a las y los jóvenes que cursaron estudios en programas educativos de calidad, reconocidos por la Secretaría de Educación Pública #SEP.
Tal es el caso de la #UADY que después de dos décadas de trabajo ininterrumpido logró su reestructuración por áreas o campus del conocimiento, concretando 5 grandes campus que agrupan a 15 facultades que antes se ubicaban de manera dispersa en varios sectores de la Ciudad de Mérida y ahora, incluso, más allá al tener un campus más en el oriente del estado —concretamente en Tizimín— con programas de 4 licenciaturas además de servicios a la comunidad y proyectando otras dos dependencia similares más, una en el Parque Científico y Tecnológico ahora bajo la dirección de Jorge Zavala Castro, por cierto ex director del Centro de Investigaciones Regionales de la #UADY, y otra más en Motul, tierra que vio nacer precisamente a quien impulsó y fundó la Universidad Nacional del Sureste, hoy #UADY, es decir, Felipe Carrillo Puerto, el mismo personaje que enarbola el gobernador yucateco y hasta el propio Gobierno de México.
Es más, el director del IMSS Bienestar, Alberto Alcocer, también es egresado de la Facultad de Medicina de la UADY cuyo origen va mucho más allá de los más de 100 años de la UADY.
Es todo por el momento.
Gracias y ¡a comer mucbilpollo!.
Sean felices
Dahemont/Marco Antonio Cortez Navarrete…