Sea en la mañana, después del almuerzo, o, incluso, en las noches, a más de una persona se le ha antojado comerse un helado.
Este postre, caracterizado por su variedad de sabores, presentaciones y preparaciones, es uno de los más consumidos a nivel mundial, en parte también por su generalizado precio al alcance del bolsillo de algunas personas.
Frente a la existencia del helado, muchos creen que por ser un aliento que se fabrica a bajas temperaturas y con un proceso industrial muy correlacionado con la tecnología, lo cierto es que este no solo se puede preparar en casa de manera artesanal, sino que su existencia se remonta a tiempos muy antiguos.
Su relación con la Antigua China y Alejandro Magno
Según explica ‘History Channel’, las raíces del helado se ubican cronológicamente en la Antigua China, hace más de 4.000 años. Se cree que solamente los emperadores chinos podían disfrutar de este postre, el cual se hacía con mezclas de nieve, frutas y miel.
Con la apertura de la Ruta de la Seda, la cual unió al entonces imperio del ahora gigante asiático con occidente por primera vez, la técnica de preparación logró ser conocida por los persas y, posteriormente, por Alejandro III de Macedonia (inmortalizado como Alejandro Magno).
‘History’ asegura que el rey del antiguo reino griego de Macedonia, faraón de Egipto y Gran Rey de Media y Persia degustaba de esta preparación, y que sus sabores favoritos eran el de miel y el de néctar.
El Renacimiento
Considerada como la época en la que el ser humano pudo explotar sus facultades en torno a diferentes disciplinas, como la astrología, la ciencia, las letras, las artes, la medicina, entre otras, fue en esta en la que se perfeccionó su preparación.
Según cuenta el mismo medio, los italianos crearon los primeros helados modernos con una base de leche y azúcar. De hecho, Catalina de Médici, noble florentina y reina consorte de Francia desde 1547 hasta 1559, fue la que llevó esta receta desde su tierra natal a su reino.
La llegada al Nuevo Mundo
Fue en el siglo XVIII cuando el helado finalmente llegó a América, y el cual, en un principio, solo podían degustar los colonos. Sin embargo, y mientras los países del nuevo mundo lograban independizarse de sus respectivas coronas, su consumo se fue democratizando.
De hecho, se dice que George Washington, primer presidente de los Estados Unidos y quien lideró la campaña de emancipación de su país del imperio británico, gastaba fortunas en helado.
Hoy día, el helado es uno de los postres más populares y consumidos del mundo, gracias a su variedad de sabores, preparaciones y precios, logrando también un logro muy valioso: mantener su esencia intacta pese a las diferentes maneras en las que se prepara.