Hoy miércoles-mitad de semana-, del 27 de Enero, luego de registrar su candidatura por la Presidencia Municipal de Mérida, el actual Senador de la República Jorge Carlos Ramírez Marín, lanzo- de su ronco pecho y como buen orador-, un mensaje que lleva toda una carga anímica, producto de su reflexión personal, pues sabe el enorme peso y paso que da, con la mira puesta a su futuro político…
El “Procer”, como le gusta que le digan sus amigos y simpatizantes, escala un paso más en su triunfal carrera de lo que se ha propuesto. Sabe y conoce el suelo que pisa y las posibles reacciones del electorado meridano, como tribuno parlamentario, en muchas intervenciones ha dejado sentir sus aspiraciones y también sabe que conquistar Mérida, es alcanzar la cima de la montaña (política) de Yucatán, con miras al 2024…
Sin embargo, su arrojo va más allá- lo hemos conversado-, Jorge Carlos quiere más, su edad se lo permite y su ambición y hambre de triunfo lo muestra claramente: “ya ha pisado esas alturas y conoce el paño”…
También sabe-perfectamente-, el grado de dificultad que el logotipo (PRI) que portará, no las trae todas consigo, del drenaje en sus filas, de los entreguismos y traiciones al interior, su olfato social le advierte cuáles son los reclamos de la ciudadanía, la situación limitativa de la pandemia, los costos y vericuetos infaltables en estos menesteres, los grupos de presión desde las alturas y en la localidad, sus relaciones públicas con el Clero, la Iniciativa Privada, el comercio, la industria, los emprendedores emergentes, las calamidades de la burocracia, etc., todo cuenta y cuenta mucho- diría la Tía Tula y el Compadre “Chiles”, o sea, Juan Pueblo y sus comisarías…
Suerte al amigo “Prócer”, el aceite para la vetusta maquinaria tricolor se medirá en tambores y la planilla también cuenta. El enemigo no está enfrente, ok?
Dahemont…