¿Dormir o no dormir?

El sueño siempre ha sido una de las actividades más importantes de nuestras vidas para mantener una regulación emocional, cognitiva y física óptima en nuestros cuerpos. Ahora en esta pandemia es más importante. Recibo reportes de muchos papás que sus hijos, cada vez más, tienen estilos de vida más nocturnos que diurnos. Muchos de los adolescentes se despiertan temprano para sus clases, generalmente se levantan 15 minutos antes de su primera clase para aprovechar el máximo de tiempo de sueño. Lo primero que hacen es conectarse, lavarse los dientes y cambiar su camiseta de pijama por una blusa o camisa. La mayoría de ellos desayuna durante la exposición del maestro. Toman sus clases hasta las 1 ó 2 de la tarde. Comen. Se duermen de 3 de la tarde a 8 de la noches y se conectan nuevamente a la computadora para hacer tareas y estar con sus amigos hasta las 3 de la madrugada. Duermen 3 a 4 horas antes de levantarse y empezar un nuevo día.

En los últimos meses nos hemos enfrentado a una gran cantidad de retos económicos, familiares, sociales, escolares y personales afectando a nuestra salud mental y psicológica. Esto hace que el sueño sea prioritario para todos para mantener el equilibrio vital de nuestro cuerpo. La mayoría de los adultos necesitamos ocho horas de sueño para tener una salud óptima. Los adolescentes requieren de ocho a diez horas y los más pequeños hasta 11 horas. Tener un buen hábito de sueño ayuda a mantener en óptimo funcionamiento nuestro sistema inmunológico, reducir los riesgos de trastornos emocionales como depresión, ansiedad y pensamientos suicidas, fortalecer el proceso de aprendizaje como atención, esfuerzo, comprensión, memoria y solución de problemas. Un buen sueño nos ayuda a concentrarnos, pensar claramente y tener ideas creativas. Invitemos a nuestros hijos a mover su cuerpo, hacer ejercicio físico y evitar lo más posible el sedentarismo en casa. La actividad física ayuda a mantener el cuerpo más sincronizado y buscar su recuperación mediante un sueño adecuado. Evitar el consumo de alcohol ya que incrementa el riesgo de tener insomnio.

La pandemia ha incrementado el estrés y ansiedad en nuestras vidas y si no tenemos buenos hábitos de sueño podemos afectar nuestra salud mental. Tratemos de evitar tiempo de tecnología o celular dos horas antes de dormir. La luz que produce la pantalla evita que el cerebro produzca la hormona melatonina encargada del sueño. La luminosidad manda una señal al cerebro que le dice que todavía es de día y no produce la necesidad de dormir.

Algunas sugerencias para el buen dormir es fijar un horario para dormir. El adolescente debe ser normalizado en vivir un estilo diurno y evitar lo más posible que se mantenga despierto toda la noche. Evitar que su recámara tenga televisión, laptop, tableta o celular ya que puede levantarse en la madrugada y conectarse con la tecnología y así reduciendo sus horas de sueño.

Por: Jesús Amaya Guerra

Es licenciado en Educación con Maestría en Desarrollo Organizacional por la UdeM.

Fuente: https://vanguardia.com.mx/articulo/dormir-o-no-dormir

 

 

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