La preocupación de los padres de familia de salir de casa a trabajar y regresar con la posibilidad de contaminar a los hijos es algo completamente legítimo, porque el riesgo es real y eso genera sensación de culpa, pero en cambio, por parte de los niños, éstos tienen ahora menos gripas o diarreas.
Pero además sufren menos dolores de estómago, de espalda o de oído, situaciones que normalmente se presentan por contagios de la escuela o en el parque ya que no tienen contacto con otros niños, destacó Paola Vidal Rojo, cardióloga pediatra.
Lo anterior en conferencia virtual transmitida por la organización “#Tejiendo Redes Infancia”, proyecto cofinanciado por la Unión Europea que busca contribuir al fortalecimiento de una plataforma de defensa y promoción de los derechos de los niños y los adolescentes en América Latina y el Caribe.
En su exposición Paola Vidal destacó que ahora hay menos cuidado y seguimiento del niño sano, porque no lo están llevando a consulta para saber si están creciendo bien, no se toma en cuenta que al estar encerrados en casa se altera su nutrición ya que hay menos ejercicio y entonces se presenta un incremento de peso, de talla, y muchos niños se quedan sin vacunas por el miedo de llevarlos al hospital
Por tanto, mientras los padres protegen a sus hijos del coronavirus, se descuida el seguimiento del niño sano, que es una necesidad básica.
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