Elecciones y pandemia: la venganza del voto electrónico

La pandemia del covid-19 alterará el orden mundial para siempre. Fue la afirmación de Henry Kissinger en una columna que lleva esta frase como título, publicada en abril de 2020 en The Wall Street Journal. Kissinger, ya con 96 años y conocido por ser el cerebro detrás de la política exterior estadounidense durante los gobiernos de Richard Nixon y Gerald Ford, aprovecha para aconsejar a EEUU sobre la necesidad de proteger a sus ciudadanos de la enfermedad mientras debe comenzar a prepararse con urgencia para una nueva época.

Como resultado de esta crisis, no solo se replanteará el orden mundial, también cambiará la forma en que llevamos nuestra vida cotidiana. Por supuesto, tal como sucede con la recién descubierta valoración de las cosas que podíamos hacer antes del coronavirus (y no hacíamos, como ir al parque o en mi caso, visitar más museos en Washington), esta ola de cambios también requerirá una nueva consideración de la noción de “potencia” que hasta ahora teníamos sobre las naciones más ricas del mundo. Esta crisis nos ha enseñado algo que veníamos sospechando desde hace largo tiempo: no es quien tenga más dinero, armas y petróleo, es quien sepa usar los recursos que tiene. En este sentido, algunos países pequeños, entre ellos los que se conocen como los “cuatro tigres asiáticos”, apodo que reciben Corea del Sur, Singapur, Taiwán y la región administrativa de Hong Kong, han venido dando cátedra a las potencias tradicionales en cuanto al manejo de crisis durante la pandemia del covid-19.

La realidad es que el coronavirus ha cambiado las reglas del juego y, en esta ocasión, el problema ataca al más grande del grupo que dirige el mundo, a EEUU, que tiene elecciones presidenciales programadas para noviembre de 2020. Si los estadounidenses pensaban que el juicio político de diciembre de 2019 y enero de 2020 iba a cambiar el escenario, es realmente el covid-19 el que podría sumar otra víctima (si no se elimina a tiempo): la reelección de Donald Trump. Recordemos, que Franklin Delano Roosevelt fue un presidente que supo gobernar en crisis económica y en guerra, pero no olvidemos que fue después de Herbert Hoover, quien pagó los “platos rotos” de la Gran Depresión. El objetivo electoral de Trump debe ser superar su “Hoover moment”, que es el covid-19 y la tasa de desempleo de 14,7%, para luego dedicarse a la recuperación económica como le tocó a Roosevelt… si gana en noviembre de 2020.

Las elecciones en medio de la incertidumbre: todo puede suceder

La vida nos cambió, esto ya lo sabemos. Ahora, ¿cómo continuamos con nuestra vida republicana y democrática? ¿Ponemos la democracia en pausa y nos apresuramos a reformar la Constitución que establece elecciones en 2020, para poder adaptarnos al virus? La respuesta a la primera pregunta es obvia. La respuesta a la segunda no es simple.

Algunos países como Serbia siguen con el plan de elecciones, siendo la incertidumbre la gran protagonista del proceso. Bosko Obradovic, líder opositor serbio, ha llegado a comenzar incluso una huelga de hambre demandando boicotear las elecciones parlamentarias, que han sido pospuestas hasta el 21 junio debido al covid-19.

En otros países con más tiempo para resolver la crisis, como es el caso de EE.UU.(noviembre) e incluso en algunos con menos tiempo para hacerlo, como sucede con la República Dominicana (julio), los comicios venideros no han sido cancelados (aunque las elecciones dominicanas estaban previstas inicialmente para mayo).

En un escenario como el que nos planteamos en las dos preguntas que nos hacemos, hay mucho en juego para las naciones y para todos sus actores políticos, muchas implicaciones: extensión de los mandatos, debilitamiento institucional, fortalecimiento del populismo, resurgimiento del autoritarismo y regreso de otros fantasmas del pasado. Entre todos estos flagelos, hay uno que es el primero en reflejarse porque sabe aprovechar crisis como la del coronavirus para cometer su “crimen de oportunidad”: la corrupción. En momentos de emergencias se relajan los procedimientos y la corrupción se cuela fácilmente por el ojo de una aguja.

más información en: https://www.infobae.com/america/opinion/2020/05/26/elecciones-y-pandemia-la-venganza-del-voto-electronico/

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